¿De dónde viene la conciencia?




Intentar dar respuesta a un interrogante como este, necesariamente nos lleva a hacernos otras preguntas sobre lo que es constitutivo al ser humano y sobre la posible relación entre CONCIENCIA, con c,  y CONSCIENCIA, con sc.

Para buscar una respuesta a esta pregunta se hace necesario reflexionar primero sobre qué es la conciencia en sí. Entiendo la conciencia como la capacidad de mirar hacia dentro y de reconocer lo que está bien y lo que está mal. Es la capacidad que hace humano al hombre, ya que sólo él puede hacer este ejercicio de mirar hacia dentro. Al mirar hacia su propio interior y abrir el espacio para ver si su obrar y pensar están acordes, o no, con lo que le hace bien, con esa ley que al parecer lleva grabada en su corazón, se fortalece y crece esta capacidad. Si por el contrario, la persona huye de hacer esta revisión hacia adentro, si la evita porque intuye que lo que va ver le va a doler, empieza una especie de dormición de la habilidad y cuesta ponerla a funcionar de nuevo. Esta dormición de la introspección parece ligada al obrar mal y al evitar querer reconocerlo o verlo. 

Ahora bien, pensemos sobre esa ley que se lleva escrita en el corazón. Esa especie de dolor que se siente cuando se obra mal de pensamiento, obra u omisión. Si ese dolor se reconoce y se armoniza con el pensamiento y el actuar, se torna en guía, en luz que ilumina el camino a seguir. Pero si no se armoniza, sino que funciona en desorden, o se le ignora, se le rechaza, se le reprime, entonces
se pierde la luz. La persona se refunde en los laberintos de su interior y no sabe lo qué le pasa.

Llama la atención el hecho de que a través de culturas muy diferentes, tienden a encontrarse acuerdos de convivencia similares. El cuidado de los hijos, el respeto a la propiedad ajena, el amor y la defensa de la vida, son valores comunes a variedad de grupos sociales. ¿Quién puso ese sello en el corazón del hombre? ¿De dónde puede venir la conciencia? ¿Será un desarrollo evolutivo? ¿O será la impronta de un Creador que dejó esa huella en cada corazón para guiarnos hacia La Realidad?

Esto nos trae a otra comprensión. El ser humano cuenta con una habilidad especial: es  capaz de preguntarse por sí mismo. Esto es lo que conocemos como CONSCIENCIA, con sc, y hace referencia, ya no a la ley grabada en el corazón, sino al hecho de ser capaces de reflexionar sobre el propio saber y existir. Es el darse cuenta de la propia existencia y del lugar que se ocupa dentro de la historia.  

Para concluir podríamos dejar planteadas, más que respuestas, un par de interrogantes adicionales:  ¿Por qué sólo el ser humano parece ser capaz de preguntarse por sí mismo? ¿Es la conciencia lo que hace que el hombre sea quien sabe que sabe?

Juliana Villegas

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