Las Raíces del Mal



“Haz insensible el corazón de este pueblo; embota sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos, oiga con sus oídos, y entienda con su corazón, y se convierta y sea sanado”. Is 6, 10

El mal es una raíz que llega sin que nos demos cuenta. Adquiere tantas formas en nuestro interior que se hace difícil detectarlo hasta que es tarde. Hasta que se ha acomodado. Crece despacio hasta controlar pensamientos, sentimientos, nuestra visión de la realidad. Se apoya en el mal que encuentra en cada uno y lo hace crecer; se propaga, se justifica, se camufla. Nadie lo ve porque todos viven lo mismo pero todos lo esconden. Es la ley del silencio, ciegos que caminan entre ciegos. Y todos ríen.

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