La Buena Nueva
“El Espíritu del Señor está sobre mí por cuanto me ha ungido. A anunciar la Buena Nueva a los pobres me ha enviado, a sanar los corazones rotos, a proclamar a los cautivos la liberación, y a los reclusos la libertad. A proclamar año de gracia del Señor”. Is 61, 1
Este es el evangelio, la Buena Nueva: no importa de dónde vengas ni lo que hayas vivido, no importa lo que hayas hecho, este es El Día de Gracia, es el Día de La Nueva Libertad, es el día de dejar atrás esclavitudes, perversiones, engaños y mentiras, máscaras, miedo y rencor. No me importa lo que hayas hecho ni lo que hayas vivido. Tráelo todo, no ocultes nada y yo lo haré desaparecer. Te haré un Hombre Nuevo.
Ah, abrir la puerta al Espíritu de Dios y dejar que este soplo penetre nuestras entrañas y nos lleve a despertar en paz, vernos a nosotros mismos, no negar lo que somos y avanzar así hacia la la luz que lo reconstruye todo; la luz del perdón y la redención con la certera esperanza de poder empezar aquí y ahora la vida que tendremos en la eternidad.
Sí, es caminar con la frente erguida hacia nuestra propia muerte, hacia nuestra resurrección, hoy, ahora, aquí, hacia nuestro encuentro con la totalidad.
Es aprender a morir para poder vivir.
Herza Barzatt
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