Abismos Interiores
Pensando en estos temas de destrucción personal, crímenes y demás cometidos por personas con educación, formación, oportunidades superiores al promedio, llego a la conclusión de que los abismos del mal no están afuera propiamente: los llevamos dentro. Todos y cada uno de nosotros es capaz, en las debidas circunstancias, de llegar a los abismos de maldad y perversión que cualquier otro ser humano haya alcanzado. Estos abismos nos llaman a todos, nos corroen, y, si los dejamos avanzar, destruyen nuestra vida y las de quienes nos rodean. Llevamos un monstruo dentro en duro combate con los anhelos y esperanzas de bienestar, de progreso, de paz, de plenitud que también llevamos dentro. Pero no se necesita ser especialmente malo, ni pobre ni abandonado para caer en esos abismos. Basta con dejarse llevar... Poco a poco. El rencor, los deseos de venganza, la rabia, el miedo y la culpa de lo que hayamos hecho y tratamos de esconder, la codicia, la envidia, la soledad que implican los prime...