MERECER
¡Tanto recibimos todos! Pero no siempre lo merecemos. Y cuando recibimos sin merecer no nos hace bien. Nos hace daño. Los ejemplos están a la vista y son claros.
¿Y qué es merecer?
Dice Google:
“Estar [una persona] en situación de que se le deba algo”.
“Hacerse digno de lo que corresponde, sea recompensa o castigo”.
“Hacer méritos, ser digno de recompensa”.
¿Quiere decir, tal vez, que para recibir lo que queremos (sin que nos haga daño) debemos hacer un esfuerzo por ser dignos de ello? ¿Debemos ganarnos lo que queremos o lo que nos dan? ¿En lo posible no debemos recibir nada gratis? ¿O es que lo que recibimos gratis crea una deuda en nosotros? Aunque tantas veces lo que queremos o necesitamos supera nuestras fuerzas; lo pedimos precisamente porque no lo podemos obtener por nosotros mismos.
Entonces, ¿cómo merecer? En cierta forma es sencillo: dando. Dando respeto, dando amor, dando esfuerzo, dando cuidados, dando dinero, dando. ¿Dando a quien necesita para recibir lo que quizás no necesito? Puede ser. ¿Dando a quien sufre, a quien no tiene posibilidades, a quien pasa hambre? Dando.
¿Quieres? Da. ¿Quieres más? Da más.
Merece lo que quieres... dando lo que puedas.
P.S. El ingrato y el que no ha merecido lo que recibe tiene otra característica: entre más recibe, más quiere... y más se resiente.
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