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Mostrando entradas de julio, 2019

MERECER

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¡Tanto recibimos todos! Pero no siempre lo merecemos. Y cuando recibimos sin merecer no nos hace bien. Nos hace daño. Los ejemplos están a la vista y son claros. ¿Y qué es merecer? Dice Google: “Estar [una persona] en situación de que se le deba algo”. “Hacerse digno de lo que corresponde, sea recompensa o castigo”. “Hacer méritos, ser digno de recompensa”.  ¿Quiere decir, tal vez, que para recibir lo que queremos (sin que nos haga daño) debemos hacer un esfuerzo por ser dignos de ello? ¿Debemos ganarnos lo que queremos o lo que nos dan? ¿En lo posible no debemos recibir nada gratis? ¿O es que lo que recibimos gratis crea una deuda en nosotros? Aunque tantas veces lo que queremos o necesitamos supera nuestras fuerzas; lo pedimos precisamente porque no lo podemos obtener por nosotros mismos. Entonces, ¿cómo merecer? En cierta forma es sencillo: dando. Dando respeto, dando amor, dando esfuerzo, dando cuidados, dando dinero, dando. ¿Dando a quien necesita para rec...

AGRADECER

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Fíjense: la gratitud no puede ser solo un sentimiento, un me siento agradecido pero no tomo acción al respecto. Esta sería una falsa gratitud. Es decir, el recibir de forma gratuita produce una especie de desequilibrio, no solo en relación con el otro sino, quizás, con la existencia misma. Un “yo debo”. Para restaurar este equilibrio hacen falta actos concretos. Por decirlo de alguna manera “el desequilibrio” del amor recibido solo se restaura y nos lleva a un nuevo nivel, si respondemos con amor. De otra forma quedaría una deuda. Es más fácil aún de ver si lo recibido es un favor, dinero, atención, respeto, etc. Solo al devolver lo recibido restauramos el equilibrio y hacemos que la relación, y las dos personas, crezcan. Por eso no basta ni con el sentimiento ni con las palabras; no basta con un “me siento agradecido”. Son necesarios hechos reales que devuelvan lo recibido, que restauren el equilibrio. De otra forma lo que se genera, de forma casi absurda, es resentimiento de ...

GRATITUD

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La gratitud. Dar y recibir establece una relación de amor. Quien da, da porque ama. Quien recibe, recibe porque se sabe amado y responde a su vez amando. Esa respuesta es lo que llamamos gratitud; . Es un “te amo, porque tu me amaste primero”. Obra en los dos sentidos: quien da agradece porque ha podido dar. Como ocurre con los hijos. Y quien recibe, agradece el amor y la entrega de aquel que le da y responde a ese amor con amor. Como ocurre con los padres. Por eso la gratitud no es igual a dar gracias. Dar gracias se termina al final de la frase. La gratitud perdura y establece una relación: Tu me diste, nunca lo voy a olvidar. Tu me diste marca mi relación contigo: me diste y nada me debías, salvo el amor que me tienes y ese amor lo respondo con mi amor. Por eso es dañino recibir sin gratitud, o peor, recibir con interés. Eso no construye una relación sino que produce un resentimiento. No me gusta lo que eres, o no me gusta lo que haces o lo que has hecho, pero lo callo...