POR AMOR A LA IGLESIA TRABAJAMOS PARA ELLA
Venimos por amor a la Iglesia y por amor a la Iglesia trabajamos por y para ella. No necesitamos éxitos, no necesitamos cambios, no necesitamos nada distinto a esta visión de ella que Dios nos da y el cálido sentimiento de su llamado. Mañana tras mañana despierta mi oído para escuchar como los discípulos (Is 50, 4). A nosotros nos corresponde la disponibilidad, el esfuerzo, la entrega. A Dios, el éxito o fracaso de nuestra empresa que lo que al guerrero lo forma, lo llena y lo construye no es el éxito sino la lucha. Al fin de cuentas que nuestra meta no está en este mundo. Lo que vemos está plasmado en tantos escritos anteriores. Lo que proclamamos está escrito en la Biblia, en los pensamientos de los Padres de la Iglesia, en los documentos de los Concilios y de los Papas. Nosotros solo proponemos poner por obra “en espíritu y en verdad” lo que las palabras nos dicen. ¿Las palabras? Quizás sea más que las palabras, quizás sea La Palabra, el Verbo eterno de Dios quien habla en la escr